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Monsieur Privé en la presentación del nuevo Vermut Blanco de Bodegas Lustau en Barcelona

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Citados en Marea Alta, uno de los restaurantes con mejores vistas 365º de la ciudad de Barcelona, un seleccionado grupo de medios de comunicación nos dimos cita en una de los encuentros más esperados de la temporada, la presentación del nuevo Vermut Blanco de Bodegas Lustau, un acto magnífico, tanto por la calidad del producto como por la teatralidad del espacio y el efectismo de la puesta en escena.  

Con estricta puntualidad, en pequeños grupos de cinco, fuimos ocupando los ascensores de la Torre de Colón hasta subir a la planta 23, lugar donde se encuentra la Coctelería Marea Baja y ante sala del Restaurante Marea Alta situado justamente en la parte superior de la planta 24. Sin prisa pero sin pausa, los asistentes disfrutamos de una velada dividida en cuatro tiempos: bienvenida, presentación, cata y cóctel. 
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Recibidos muy amablemente por la relaciones públicas del evento, dio comienzo nuestra visita. Vermut Blanco en mano, nos adentramos en un fascinante viaje olfativo por los distintos ingredientes que forman este nuevo producto made in Jerez de la Frontera

Tras posar en el photocall junto a mi gran amiga y compañera Ángeles Arellano, uno de los enólogos de Bodegas Lustau nos explicó con todo tipo de detalle el proceso de elaboración que se esconde detrás de cada botella y como surgió la idea de crear una nueva variedad con esa denominación de origen. A lo largo de la explicación prestamos una atención inusitada al conjunto de botánicos con los que se fabrica y mentalmente memorizamos sus aromas junto con los matices que desprenden cada uno de ellos.

Tras la presentación se dio paso a la cata en el piso de arriba. En grupos de cuatro personas, se fueron ocupando las mesas hasta llenar la sala. Durante el transcurso de la misma se hizo mucho hincapié en la importancia de saber distinguir muy bien cada uno de los distintos tipos de vermut que existen a día de hoy en el mercado y lo imprescindible y primordial que resulta saber con que acompañarlos.
Como agradecimiento por nuestra asistencia fuimos agasajados con un opíparo cóctel de ahumados donde pudimos descubrir de primera mano algunas de las especialidades del Restaurante Marea Alta como sus ya míticos mejillones ahumados, su ensaladilla rusa ahumada, su salmón ahumado con salsa de eneldo, unos ricos berberechos en salsa, una suculenta caballa en escabeche y un abundante surtido de ostras frescas recién traídas de la Lonja de Barcelona.

Como maridaje se complementó la experiencia pudiendo degustar también el Vermut Rojo de Lustau o diversos cócteles combinados creados para la ocasión con otras variedades de vinos de las bodegas.

Regresando al protagonista de la tarde, el Vermut Blanco, destacar su elegancia aterciopelada en el paladar y la majestuosidad de su evolución en el mismo. Lejos de convertirse en uno más, destaca por los ricos matices de la esencia de su sensual aroma y por la ligereza con la que entra. Su versatilidad a diferencia de otros, lo convierte en la bebida perfecta a la hora de combinarlo con otros elementos como el jengibre o el limón u otros licores. Nada más lejos de la realidad, este vermut nace en respuesta a los gustos de aquellos que escapan de lo convencional en búsqueda de lo único y lo genuino sin renunciar a la tradición en ningún momento.

Desde Monsieur Privé queremos dar públicamente las gracias por la invitación.
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Monsieur Privé en el nuevo Restaurante Marea Alta / Coctelería Marea Baja de Barcelona

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Barcelona es una de las pocas ciudades del mundo que todo lo tiene, un clima de excepción todo el año, una amplía oferta gastronómica para todo tipo de públicos y espacios donde soñar y evadirse de la cotidianidad sin necesidad de ir demasiado lejos. Viva y dinámica, cambia, se reinventa y transforma constantemente a una velocidad vertiginosa siendo siempre pionera y un claro referente mundial en cuanto a modernidad y vanguardia se refiere. 

Dentro de esta vorágine creativa y emprendedora, el pasado mes de junio tuvimos el placer de conocer al empresario Enrique Valentí, un especialista único en conceptuar espacios monotemáticos donde con entrega y dedicación homenajea a nuestra gastronomía, quien nos presentó el Restaurante Marea Alta / Coctelería Marea Baja, su último proyecto personal, un lugar a medio camino entre el cielo, el mar y la tierra donde poder navegar libremente y sin rumbo dejándose llevar hacía lo desconocido permitiendo al comensal hacerle tocar el cielo.
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Tras el éxito cosechado en otros espacios dedicados a las carnes, las aves o las tapas, ahora llega el turno de sumergirse de pleno dentro del fascinante universo del pescado. De la mano de colaboradores y expertos en la materia se embarca rumbo a nueva aventura en la que dar a conocer al mundo su forma de concebir la cocina. A día de hoy es de los pocos con la capacidad de reunir y congregar en un mismo espacio lo mejor de nuestra tierra sin importar lo más mínimo la distancia, prueba de ello, fruto de esta dedicación y entrega, nace una completísima carta donde poder encontrar el mejor rodaballo de Guetaria, las más suculentas merluzas y palometas del Puerto Cudillero de Asturias, el más buscado maricos de la lonja de Vigo y A Coruña sin olvidar la genuina gamba roja de Palamós ni el cabracho de Cap Roig.

El proyecto de interiorismo es todo un ejercicio de buen gusto y excelente saber que huye de lo obvio y convencional donde poder apreciar en cada elemento la pasión por el cuidado de hasta el más mínimo detalle. Un espacio con carácter de más de 1000 metros cuadrados donde realidad y ficción van de la mano recreando una atmósfera única y sin precedente donde contemplar desde lo más alto el skyline de una de las ciudades más bellas y hermosas del mundo.
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La emblemática Torre de Colón, situada justo en frente de las Reales Atarazanas de Barcelona, ha sido el lugar elegido donde dar rienda suelta a su creatividad. A 110 metros de altura en la planta 23, el comensal puede amenizar su espera tomando una copa elaborada en la Coctelería Marea Baja. En la primera toma de contacto con el espacio lo que más destaca es su terraza, abierto tanto a clientes del restaurante como a aquellos que tan sólo vayan a tomar una copa, cuenta con un privilegiado mirador 360º que recorre al completo el perímetro octogonal del edificio. Su decoración racionalista cabalga entre el diseño nórdico y lo industrial sin caer en obviedades. Su suelo, un rescatado parquet de la cubierta de un barco en desuso, contrasta en harmonía con los muebles oscuros en tonos negros y azul marino con pinceladas en amarillo. Una combinación única que traslada al comensal a la cubierta de un barco.

De su extensa carta de cócteles, pudiendo presumir de haberlos probado casi todos, destacan a partes iguales su original presentación e inusuales combinaciones. Desde la original sangría con remolacha servida dentro de una bombilla hasta un cóctel elaborado con plancton marino presentado en uno de los vasos edición limitada Oursin Pot” de Serax, pasando por un dulce french old Martini o un whisky de malta de más de 20 años humificado servido en vaso con forma de pipa de cristal.  Sus copas y jarras de cobre modelo “Moscow Mule” tampoco dejan indiferente a nadie con su  estética neomedieval. 

El simple gesto de tomar un combinado se convierte en todo un acontecimiento, tanto por la espectacularidad de la presentación como de su puesta en escena. 
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En la planta 24 se encuentra el Restaurante Marea Alta, al que se accede mediante una escalera interior que comunica las dos plantas y traslada al comensal a un barco pesquero. Huyendo de convencionalismos, su interiorismo recrea la atmósfera de una sala de máquinas a la que no le falta detalle. Acuñando la más pura acepción del significado del término lujo, no se ha escatimado en detalles. Su cubertería “Colombina Fish” diseñada por Alessi contrasta en armonía con una clásica cristalería de Riedel combinada con unos originales vasos artesanos de cristal moldeado modelo “Mares Tumbler” color Napoleon Fish de Italesse, cuchillos sardina realizados en exclusiva por Ramón Utset o su preciosa vajilla en forma de pez firmada por Vista Alegre.  

Tras tener una primera toma de contacto con el lugar, nos sentamos en una de sus mesas, uno no sabe cual elegir, cada una de ellas tiene unas vistas espectaculares que muestran, casi enmarcando, lo mejor de cada distrito de la ciudad. A título personal pedí vistas al mar, el buen día que hizo era propicio y nada mejor para saborear un buen pescado que hacerlo mirando hacía el génesis.
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Pese a que desde niño nunca he sido muy de pescado, debo de reconocer que me lo comí todo y no dejé nada en el plato. Nuestro menú degustación dio comienzo con una original caja de “caixetes” / medallones de mar, presentados en una original caja amarilla acompañados de un caldo caliente de pescado de roca con chile thay y lima kafir.   

Más tarde llegaron las anchoas con vinagre de carbernet Sauvignon, nadie pudo evitar mojar el pan en su salsa. A pocos minutos se sirvió un carpacho de dorada con “ou de reig” seguida de unas septionetas con “all i oli” negro y sardina al espeto con tomate marinado.
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El plato principal fue un rodaballo a la brasa, una pieza de casi 7 kilos de peso que deleitó las papilas gustativas de los paladares más exigentes. En homenaje a la tierra probamos un sabroso “Cap i pota” con tripa de bacalao y ortiguillas.
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De los postres destacar el helado de mandarina, con ginebra, mouse de albahaca y hebras de manzana y la tarta de almendra con albaricoque. Los más golosos no podrán evitar pedirse otra ración.

Tan pronto como vuestra disponibilidad os lo permita, visitar este nuevo enclave gastronómico y dejaros llevar hacía lo desconocido en una nave tripulada por un capitán que hará de vuestra visita un recuerdo único y memorable.
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