Hace unos años, una mañana al despertar,
amanecí con los ojos llorosos. En un primer momento le resté importancia ya que
pensé que serían legañas. Con el paso de las horas esa molesta sensación fue a
más, hasta llegar al punto de ver excesivamente borroso. Tras el pánico
inicial, el miedo y la impotencia ante una situación de estas características, pedí
cita en Área Oftalmológica Avanzada,
la consulta del Dr. Carlos Vergés, un
completo y avanzado centro oftalmológico pionero a nivel europeo y único a
nivel nacional en el diagnostico, tratamiento y cura del Síndrome del ojo seco.
Al documentarme a través de internet sobre la
sintomatología de este mal me di cuenta que era algo bastante común ya que afectaba a 3 de cada 10 personas en todo el
mundo. Lo más curioso es que el 70%
de quienes lo padecen no son conscientes de que sufren de este mal y
dejando pasar los días su índice de gravedad puede llegar a ir en aumento.
Tras la primera visita poco a poco mis
nervios se disiparon y disminuyó mi miedo. Tras adaptar a un registro mucho
menos técnico y a un lenguaje más coloquial y de fácil comprensión mi
diagnostico, el Dr. Vergés me resumió
a groso modo que todo se debía simplemente a la falta de lágrima o a la mala calidad de la misma dentro de mis ojos.
Tras días de angustia ante la espera de recibir una rápida solución, descubrir
que es debido a algo tan simple como a una falta de lubricación me hizo quedarme
mucho más tranquilo y restarle importancia a mi problema.
Debido a una reducción de la secreción basal
en mis párpados, estos rozan la cornea y su conjuntiva ocasionando una
microerosión continúa que termina por hacer saltar las células dejando
expuestas las terminaciones nerviosas del ojo, los responsables de activar los
mecanismos de secreción reflejos, los causantes de hacer que el ojo llore
constantemente en cada brote. Con esto
lo que el ojo consigue es una generar una gran cantidad de lágrima con la que
limpiar cualquier resto del interior del ojo.
Si al igual que yo muchas mañanas al
despertar presentáis irritación ocular, sensación de arenilla dentro del ojo,
un lagrimeo excesivo, vista borrosa, enrojecimiento, picor o escozor, no os alarméis,
lo peor vendrá cuando entréis dentro de una vorágine de angustia e impotencia
que, os guste o no, afectara el transcurso de vuestro día a día, tanto en el
plano personal como en el laboral.
Recuerdo un día que tenía concertada una
cita, se trataba de un encuentro de carácter íntimo y personal. Al despertar sufrí un nuevo brote, como si de
la Escala de Richter se tratase, hace
años elaboré una tabla personal donde calificaba del 1 al 10 la intensidad de mi
dolor, aquel día había sido de 7. Ante tal situación envié un educado y formal
mensaje de texto disculpándome por verme obligado a tener que cancelar una vez
más nuestro encuentro y tener que posponerlo a una fecha aún sin definir. Su
desmesurada e injustificada reacción le llevó a borrarme digitalmente de su
vida. Como si jamás hubiese existido, me eliminó de toda red social o aplicación
móvil a través de la cual pudiese ponerse en contacto conmigo. A priori no me
afectó lo más mínimo pero más tarde me percaté de lo invasiva que podía llegar
a ser esta dolencia y de lo que podía afectar el ritmo de mi cotidianidad.
Durante mi época universitaria me vi obligado
a quedarme en casa en vísperas de exámenes finales, sin un justificante médico
al uso poco podía hacer, ya que objetivamente tan sólo se observa un ojo
lloroso, hecho que imposibilita pedir una baja médica o poder justificar
presencialmente ese sufrimiento.
Lejos de lo que muchos puedan creer, esta
enfermedad se caracteriza por la ruptura precoz de la película del lagrimal
dejando expuesta nuestra superficie ocular al aire, resecándose muy rápidamente
pese a estar el ojo cerrado dando paso a un cuadro de inflamación producido
mayormente por la alteración de las glándulas de Meibomio, las
encargadas de secretar la grasa y otros nutrientes necesarios para lubricar la
superficie ocular y mantener estable la película del lagrimal de nuestro ojo.
Alguno de los hechos más relevantes y curiosos
que presenta es que como aparece desaparece. Científicamente se ha demostrado
que factores como la alimentación, el clima o una sobre exposición lumínica
ante pantallas o monitores actúan rápidamente provocando que se produzca un nuevo
brote, regresando por sorpresa y sin aviso alguno, por ello con el fin de
optimizar el dolor se recomienda llevar a cabo un tratamiento 360º basado en:
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1-Terapia
Keratograph (biomicroscopio
de infrarrojos):
Este instrumento de exploración de la
superficie ocular permite el diagnóstico más fiable del Síndrome del Ojo Seco. Solamente disponible en este centro y otro
en nuestro Estado, el Keratograph
permite evaluar la forma de la superficie superior de la córnea proyectando una
serie de anillos en la misma que reflejan y son vistos por el examinador a
través de un pequeño agujero central del disco del aparato. A partir de la
imagen obtenida se puede ofrecer un diagnostico preciso sobre el estado y las patologías
que sufre cada paciente.
Tras la primera visita con el Dr. Vergés este dejó en manos de Maite Serrano, la optometrista encargada
de realizarme la prueba. La experiencia es divertida, pone a prueba tu ingenio
y te reta a ti mismo a tener el ojo abierto sin parpadear durante 30 segundos.
Parece fácil pero no lo es.
La experiencia es divertida, pone a prueba tu
ingenio y te reta a ti mismo a tener el ojo abierto sin parpadear durante 30
segundos. Parece fácil pero no lo es.
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2-Lláser de luz
pulsada de alta frecuencia:
Conocido comúnmente como láser IPL, esta tecnología puede estimular las glándulas de Meibomio, activando el metabolismo y favoreciendo el
aporte circulatorio que necesitan. Este procedimiento, indoloro y que no
requiero hospitalización, actúa sobre las terminaciones nerviosas simpáticas y
parasimpáticas que controlan la producción y secreción de sus componentes
internos.
Partiendo de la base que siempre ha sido
mejor prevenir que curar, no está de más someterse a este tratamiento, quedé
encantado con la enfermera Glòria Gasch,
su simpatía y sentido del humor hizo que el tiempo pasase muy rápido.
3-Sondaje de las
glándulas de Meibomio:
Se trata de un procedimiento quirúrgico para
limpiar y mejorar el funcionamiento de las glándulas encargadas de segregar los
lípidos y las que forman parte del lagrimal y evitan su precoz ruptura. Mediante
el sondaje se elimina la obstrucción del conducto de la glándula haciendo que
esta actúe correctamente. El sondaje se realiza con una sedación superficial
con el fin de evitar molestias que puedan ocasionarse durante la intervención y
visionar mejor las canalización del ductus.
Afortunadamente
tampoco tuve que someterme a esta parte del tratamiento.
4-Exfolación del
borde de los párpados: masaje ocular
Se trata de una técnica no tan invasiva como
la anterior que sirve para limpiar las glándulas. Consiste en la aplicación de
frío en la zona de los párpados, produciendo un masaje mecánico alrededor del
exterior de los párpados favoreciendo la salida de la grasa acumulada.
Tras la observación de mis ojos, no se
consideró necesario someterme a esta fase del tratamiento.
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5-Consulta con
especialistas de ostras disciplinas y acompañamiento psicológico:
La aparición de esta dolencia viene dada por
una serie de factores externos al ojo bien diversos. A menudo relacionados con
aspectos que van desde una mala alimentación, o a una serie de cambios
hormonales pasando por enfermedades cutáneas, ciertos cuadros alérgicos, la
ansiedad, o el estrés, incluso hasta una serie de factores ambientales que
escapan de nuestro control.
En mi caso según el diagnostico de la
nutricionista y psiconeuroimunologa Mercè
Roca Farran reveló que no tolero bien la toxina del estrés y ello me genera
un continuo estado de ansiedad que me lleva a una mala alimentación, principal fuente
de mi problema.
Eliminando todo tipo de alimentos de mi dieta
que alteren mi tensión ocular, como los refrescos con cafeína, el té, el café,
las bebidas energéticas o los alimentos ricos en sal no he vuelto a sufrir
ningún otro brote que supere el grado 3 de mi escala personal de la intensidad
dolor. Curiosamente tres grandes ataques
sufridos fueron tras la ingesta desmedida de té.
Si al igual que yo no sabéis que hacer con
vuestro problema, pedir cita sin dudarlo a la clínica del Dr. Vergés. Desde aquí quiero dar las gracias públicamente a él y a
su maravilloso equipo por haberme ayudado a superar mi problema.