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Como cada año,
con motivo de la celebración de la Diada
de Sant Jordi, el periódico La
Vanguardia celebró por todo lo alto un exclusivo cóctel al que asistió lo
más granado del sector editorial, conocidos autores de renombre y un sinfín de
ilustres personalidades del ámbito social catalán.
Eligiendo para
esta ocasión los preciosistas jardines del céntrico Hotel Alma de Barcelona como telón de fondo, los allí presentes
pudimos disfrutar de una velada única y singular cuyo broche de oro fue puesto
por la actuación estelar de Los Manolos,
ese icónico grupo de rumba catalana que en 1992 fue el encargado de dar a
conocer al mundo, al ritmo de la letra de sus canciones, el carisma, la belleza
y el poder que desprende una ciudad como de Barcelona.
Al igual que
en ediciones pasadas, llegada la hora bruja, la confluencia de la calle Mallorca con Paseo de Gracia, se convirtió en el epicentro neurálgico social de
la zona, acaparando la mirada de transeúntes, vecinos y curiosos. Un llamativo
control de acceso donde, actores, escritores, socialités y periodistas se dan cita para entrar al que es sin duda
uno de los acontecimientos del año.
Como marca la
tradición, nada más llegar, una amable azafata ofrece una rosa de fieltro y plata
para lucir en la solapa, a diferencia de ediciones anteriores, este año pudimos
elegir tono, como ya era poseedor de la de color rojo, opté por una
color pink a juego con mis calcetines.
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Al subir la escalinata una encantadora camarera nos ofreció una copa de bienvenida, en el hall me encontré con Albert Arbos, director de Interprofit en compañía de uno de los
genios de la literatura, su casi hermano, el periodista y escritor Arturo Sanagustín. Caminando hacia el
jardín del brazo de mi gran amiga Yolanda
Calvo, nos cruzamos con rostros conocidos de la pequeña pantalla de la
talla de la periodista de informativos Carme
Chaparro, la todo terreno Samanta
Villar, el divertido Kike Jiménez
“Torito”, la genuina Pilar Rahola,
su tocaya y colega profesional Pilar Eyre
y a medida que íbamos sorteando la frondosa vegetación, vislumbramos la
presencia de reconocidos escritores de la talla de Dolores Redondo, Premio
Planeta 2016, mi gran amigo el periodista y escritor Joaquím Roglan, que desde que decidió dejar paso a las nuevas
generaciones tan sólo lo veo una vez al año en bajo el marco de esta celebración, perpetuando siempre nuestro rencuentro con una foto y con Víctor
Amela, quien me confundió con mi adorado Roberto Enríquez “Bob Pop”.
Micrófono en
mano, Màrius Carol, Director Editorial de La Vanguardia,
nos da la bienvenida y las gracias por venir seguido de un bonito y sincero
discurso donde exaltó la importancia de perpetuar valores como la veracidad, la
tenacidad y la constancia, en otras palabras los ingredientes del éxito. Sin
alargarse más de lo necesario y con la ilusión de vernos a todos disfrutar de
la fantástica tarde-noche con la que nos obsequió la primavear, dio paso a “Los Manolos” haciéndonos bailar hasta caer rendidos.
Tras la
actuación avisté a mi gran amiga la escritora y periodista Roser Amills, elegantemente ataviada con un precioso vestido color champagne de la diseñadora cordobesa Matilde Cano, para mí una de las más
elegantes de la noche. Pese a que habíamos coincidido horas antes en una comida
que ella misma había organizado con otros autores, no pude evitar manifestarle
mi asombro ante tanta belleza.
Durante el
transcurso del cóctel pudimos degustar una completa variedad de
canapés de todo tipo preparados con mimo y cariño por las manos expertas del
equipo de cocina del hotel. roast beef,
salmón, tapas de jamón, croquetas, mini hamburguesas de rabo de toro con
cebolla caramelizada y mini lemon pie de entre otras exquisiteces.
Entre canción
y canción, durante el transcurso del baile, pudimos compartir velada con
ilustres personalidades de la talla del Conde
de Godó, su esposa Marisa Falcó,
los Condes de Sert y Halla bint Khalid que coincidiendo con
la traducción de su libro de cuentos infantiles “One Hundred” al catalán y
al castellano por la Editorial Comanegra,
aprovechó su visita para acudir a la cita y conocer de primera mano las impresiones
de sus fieles seguidores. Atenta, cercana, próxima y cordial compartió con
nosotros la pasión que profesa hacía su trabajo y lo importante que es para
ella poder estar presente en una ciudad tan acogedora como Barcelona.
Poco antes de
la media noche nos despedimos de todo el equipo dándoles las gracias por
habernos tenido presentes una vez más y habernos hecho participes una noche de
excepción como esta. Desde aquí agradecer a todos los profesionales que han hecho
esto posible su amabilidad, excelente trato y el habernos hecho sentir en todo
momento como en casa.
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