Hoy quiero haceros participes de una de las historias de amor más bellas y hermosas de la tierra, el enlace de mis grandes amigos Santiago Salvat y Natalia Merino. El candidato a la presidencia del Fútbol Club Barcelona y su ya esposa dieron el "si quiero" bajo un marco de ensueño, en una ceremonia íntima, celebrada en Vitoria y arropados por el amor y cariño de sus más allegados y amigos.
Desde la más profunda de las admiraciones y el respeto más absoluto quiero dejar constancia de ello con mi testimonio y compartir este momento con todos vosotros a modo de precioso recuerdo. Palabra a palabra, espero poder ser capaz de transmitiros el amor y la pasión imperante durante toda la celebración.
(Imagen compuesta por: Agenda modelo Toile Monogram de Louis Vuiton, Pluma Montblanc, Boceto original cortesía de Jose María Peiró, la invitación al enlace y la tarta nupcial)
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Tras cinco largas e intensas horas de viaje, sin incidencias ni imprevisto alguno en la mejor de las compañías, daba comienzo nuestro periplo por tierras vascas. Pese a que el tiempo lamentablemente no nos acompañó, pudimos disfrutar de un agradable clima sin precipitaciones ni chubascos.
Tanto para mi gran amiga y compañera de viaje la periodista Montse Carreño como para mi, era la primera vez que visitábamos la ciudad.
Paseando por Vitoria uno se adentra en un fascinante viaje atrás en el tiempo donde todo en cuanto hay a nuestro alrededor adquiere nuevas dimensiones. Fantásticos parques de ensueño, adoquinados artesanales típicos de la región, una majestuosa y regia arquitectura civil y jardines de principios de siglo que realzan la imagen global de una ciudad mágica y acogedora.
Paseando por Vitoria uno se adentra en un fascinante viaje atrás en el tiempo donde todo en cuanto hay a nuestro alrededor adquiere nuevas dimensiones. Fantásticos parques de ensueño, adoquinados artesanales típicos de la región, una majestuosa y regia arquitectura civil y jardines de principios de siglo que realzan la imagen global de una ciudad mágica y acogedora.
Para la ocasión los novios escogieron el maravilloso Hotel NH Canciller Ayala, sin duda alguna, el mejor del centro, como punto de encuentro y lugar donde alojar a todos sus invitados. Repartidos en sus más de diez plantas disfrutamos una estancia única donde en todo momento nos sentimos como en casa.
Un servicio impecable de una educación exquisita fue el encargado de hacer el resto. Mimados en todo momento, el personal del hotel convirtió nuestra estancia en un recuerdo maravilloso.
Lo que más me llamó la atención fue el interiorismo de los espacios comunes, pudiendo apreciar un claro juego de efectistas superposiciones de claroscuros que bajo la reglas del más puro racionalismo, delimitan contornos y estancias donde beiges, cremas, grises y otros tonos de la gama de los tierras aportan calidez y luminosidad a una atmósfera moderna, actual y sofisticada.
Sus amplios y luminosos ventanales actúan a modo de escaparate de la ciudad, como si de el decorado de una película de cine se tratase, tras los cristales, frondosos y verdes arboles crean un marco que invita a la paz y al descanso.
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La encantadora Gema Guillerma, Directora del hotel, a quien públicamente quiero dar desde aquí las gracias por su impecable gestión y maravilloso recibimiento, se aseguró personalmente de que no me faltase de nada, convirtiendo mi estancia en un maravilloso recuerdo.
Dado que su apretada agenda de múltiples a ineludibles compromisos le impidió encontrarse conmigo, se aseguró que todo estuviese perfecto a mi llegada.
A sabiendas de mi pasión por la lectura de las principales cabeceras de moda, hizo me trajesen todas las publicaciones del mes con puntos de página en los horóscopos de las mismas. Hecho que agradecí hasta el infinito dado que disponía de poco tiempo libre antes de que diera comienzo el enlace.
En el salón de mi suite todo estaba dispuesto para que me relajase, kit de bienvenida con mis aperitivos favoritos, un buen vino tinto, un minibar a rebosar, mi albornoz con olor a ámbar y flor de naranjo tal y como pedí y unas cómodas zapatillas.
Destacar el impecable servicio de conserjería que a las cuatro de la madrugada me consiguió una bandeja de sushi variado con el que satisfacer mi temible gula.
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Llegado el gran momento, harto de imposiciones y convencionalismos, lleve a cabo un magistral ejercicio de creatividad evitando a toda costa el uso de pajarita o corbata. Teniendo en cuenta que se trataba de una ceremonia civil de tarde-noche, el abanico de posibilidades era amplio y opté por un look de inspiración versallesca compuesto por un traje chaqueta color negro firmado por Givenchy, una camisa de cuello chimenea despegado de Roberto Cavalli con sus gemelos a juego, una camelia blanca de Chanel yuxtapuesta con un clutch negro de charol (también de la célebre maison francesa), mi inconfundible anillo-sello de Versace y mis icónicos zapatos de Lanvin de color azul metalizado. Un look que en la totalidad de su conjunto no dejó indiferente a nadie acaparando todas las miradas. Mi peinado, obra del célebre y reconocido estilista australiano afincado en Barcelona, James Hurunui, director y copropietario del nuevo y revolucionario spa capilar Hair Barcelona, estilizó mis facciones alargando el óvalo de mi rostro.
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A las 18:30 horas un autocar nos recogió en la puerta del hotel y nos condujo hasta el Ayuntamiento de Vitoria. Con nosotros viajaba el novio, mi gran amigo Santiago Salvat, que para la ocasión eligió un traje de Hugo Boss color azul marino con camisa blanca y corbata de seda azul celeste. Sin duda la combinación perfecta. Nervioso pero sin mostrar titubeo alguno, nos regaló la mejor de sus sonrisas acompañada de un fuerte abrazo.
Siguiendo el estricto protocolo vasco, muy distinto al catalán, el novio junto al resto de invitados esperó fuera a la llegada de la novia. Mi gran amiga Natalia Merino, acompañada por su padre, hizo acto de presencia montada en un flamante coche de época descapotable de color blanco y negro.
Al bajarse, su pajes y pequeñas damas de honor le hicieron la corte conduciéndole hacía su futuro esposo. Entre lágrimas y abrazos se fundieron en un apasionado beso que poco a poco desencadenó en un fuerte abrazo. Con seguridad y paso firme, se dieron la mano dirigiéndose hacía el altar. Tras ellos sus padres, seguidos de estos sus hermanos, testigos y el resto de invitados, entre ellos yo.
Para uno de los días más felices de su vida mi gran amiga la periodista Natalia Merino, confió en el savoir faire, la maestría y el talento de uno de los grandes nombres de nuestro país dentro de la industria de la moda nupcial, me refiero a Jose Maria Peiró, sus más de treinta años al servicio de la belleza de la mujer le han otorgado las claves de un estilo propio, único e inconfundible cuyas principales señas de identidad han estado siempre vinculadas a la elegancia, la supremacía y el buen gusto.
Tras reunirnos en su atelier del céntrico y exclusivo Paseo de Gracia barcelonés, nos esboza en primicia las líneas maestras del vestido. Nos confiesa que se trata de uno de sus preferidos de la colección vintage. Presenta una silueta de clara inspiración medieval de cuello halter inverso y escote corazón confeccionado en guipur de seda salvaje a modo de sobre falda abierta ribeteada con encaje y espalda abierta abotonada. Su original velo de mangas abullonadas se recoge sobre una sobria tiara de estilo bizantino y un precioso recogido que realzaba la luminosidad de su tez.
Su ramo, compuesto por 32 peonías rosas (una por cada año cumplido hasta el momento) combinaba en armonía con su espectacular calzado firmado por el gran maestro zapatero Manolo Blahnik, fiel seguidora de la exitosa serie de televisión "Sexo en Nueva York" y de las mil y una aventuras de su protagonista la actriz Sarah Jessica Parker, eligió el modelo "Hangisi" en azul cobalto, curiosamente del mismo tono que mis Lanvin metalizados.
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Escoltados por la erchaincha y una comitiva tocando al unísono música típica regional, nos dirigimos al gran salón de celebraciones donde se ofician los enlaces.
Subiendo la escalera imperial que preside el hall del Ayuntamiento una espectacular lámpara de araña es la encargada de darnos la bienvenida.
Quise inmortalizar el momento posando junto a la bandera española, la vasca y la de Vitoria.
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A nuestra llegada nos esperaba Javier Maroto, vicesecretario del Partido Popular y Alcalde de Vitoria, íntimo amigo de la pareja desde hace años.
Con estricta puntualidad transcurrió todo según lo previsto. Emoción contenida y alguna que otra lágrima por parte de los invitados, enmarcaron una escena digna del recuerdo bajo un escenario de lujo.
La nota de humor y originalidad fue puesta por mi gran amiga Carla Merino, hermana de la novia. A la hora de dar su discurso se caracterizó cual Mickey Mouse en Fantasía con gorro de mago y varita mágica incluida, para transmitir a los novios un inspirador mensaje repletode dicha y felicidad.
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Acorde a la marcada estética medieval que caracterizó el enlace, el banquete se celebró en uno de los restaurantes más emblemáticos de la zona, una antigua posada del siglo XV.
En mesas redondas de ocho personas presididas por una cuidada decoración floral a juego con el ramo de la novia fuimos tomando asiento.
En mi caso tuve el placer de compartir mesa con el Dr. Pablo Rial, padrino del enlace, su adorable esposa María Jose Díaz, sus encantadoras hijas Paula y Valeria, Miguel González, otro amigo de los novios junto a su primogénita Mamen González y mi gran amiga la periodista Montse Carreño.
Tras un opíparo aperitivo se sirvió una deliciosa cena compuesta por platos típicos regionales que hicieron las delicias de todos los allí presentes maridados con vinos Albariño Pazo de Pegullal, Crianza Peciña de la Rioja y Crianza Carmelo Rodelo de Ribera de Duero.
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En una boda de ensueño como esta no hay cabida alguna al azar y todo detalle fue cuidado al milímetro.
Tras devorar la tarta nupcial fuimos trasladados a un precioso parque de estilo victoriano, fletado en exclusiva por los novios, donde se celebró un precioso baile que duró hasta altas horas de la madrugada.
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Teniendo en cuenta la versatilidad y la polivalencia de los distintos salones de actos que conforman el Hotel NH Canciller Ayala, al día siguiente los novios nos agasajaron con una comida agradeciendo la presencia y asistencia de todos sus invitados.
Teniendo en cuenta que a la cita acudieron personalidades del ámbito político, empresarial y social de distintas puntos del planeta, quisieron agradecernos nuestro fidelidad con una preciosa comida con la que poner el broche de oro.
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Estaba todo realmente precioso, rosas blancas y azules por todas partes, una mantelería blanca y negra y una original ambientación hicieron el resto.
Una saludable selección de platos elaborados por el cheff del hotel nos ayudó a combatir la resaca con la que la gran mayoría amanecimos aquella mañana.
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De izquierda a derecha y de arriba a abajo, posando junto a la periodista Montse Carreño, que para la ocasión eligió un original vestido de tafetán de seda color turquesa con tirantes y cuello a caja coordinado con una espectacular falda con cola pavo real estampada con un foulard de alta costura confeccionado en exclusiva para ella por José María Peiró, la cronista social Pilar Cebada, siendo una de las elegantes de la ceremonia, lució un precioso abrigo de jaquard de color blanco y motivos florales en tonos pastel, firmado por el gran maestro de la aguja Manuel Pertegaz combinándolo muy sabiamente con un pantalón pitillo de crêpe de seda negra con top palabra de honor fruncido a juego, unos pendientes de diamantes talla rosa combinados con otros en forma de lágrima, su marido Fernando Martínez, Presidente de la Asociación de Periodistas de Gastronomía de Catalunya, enfundado en un traje sastre a medida confeccionado en los talleres de Ermenegildo Zegna, la empresaria Yuko Yamashita, quién para la ocasión escogió un kimono de seda de 12 capas diseñado por el matrimonio Jotaro y Sansai Sato y la reportera más vanguardista de la revista Vanity Fair, Carla Merino, conocida bajo el sobrenombre de "Carla de Lalà", una vez más, siendo fiel al estilo imperecedero de Vivienne Westwood, eligió un vestido de manga francesa, cuello a caja con falda evasé en color azul eléctrico.
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