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Cuando un lugar te cautiva y roba el corazón no importa cuantas veces lo visites, ya sea en cuerpo o alma. El City Bar & Restaurant del Grand Hotel Central de Barcelona es uno de esos espacios, únicos y especiales, cuya atmósfera te atrapa e invita a formar parte de ella, permitiéndote evadir, durante unas horas, de la realidad que te rodea.
La calidez de su luz rememora el esplendor pretérito de décadas pasadas en las que la etiqueta lo regía todo y el cariño que emana del corazón de sus empleados te arropa, haciéndote sentir en todo momento como en casa.
Lejos de lo que se pueda pensar, pocos restaurantes existen en los que se den, al unísono, un sinfín de condiciones que lo conviertan en memorable. Este las reúne todas con creces. Su alta cocina de mercado, explora con acierto los secretos de clásicos intemporales que son reinventados con audacia y maestría, ofreciendo un resultado totalmente nuevo.
Partiendo de la base de que cuidan de hasta el más mínimo detalle, nada queda al azar, minimizando cualquier margen de error, garantizando una experiencia simplemente perfecta. De su completa y elaborada carta en esta ocasión nos decantamos por sus novedades.
Nuestro extraordinario ágape culinario dio comienzo con pura poesía visual presentada a modo de espárragos blancos con sopa de pomelo, champiñones y huevo templado. Una bella prímula de invierno que florece en mitad de la nieve que dio paso a un juego de contrastes, tanto a nivel de texturas como de colores, de la mano de una corvina asada con salteado de espinacas y setas que a modo de antesala, introdujeron un plato de tortellinis de alcachofa con queso fresco, caviaroli y salsa de manzana. Como postre, una espuma de arroz con leche, coco y mango puso el punto y final a una velada repleta de grandes momentos que jamás olvidaremos.
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