La prestigiosa y reconocida joyería Tiffany & Co. reafirma y consolida su posicionamiento en nuestro país, reubicando el emplazamiento de su flagship store de la capital catalana. Desde el pasado 30 de noviembre, el número 61 del céntrico y exclusivo Paseo de Gracia barcelonés, una de las principales arterías comerciales del sector del lujo en Europa, alberga la nueva sede de uno de los imperios joyeros más legendarios de todos los tiempos. Un magistral ejercicio financiero, llevado a cabo por la nueva directiva de la compañía, tras haber sido adquirida por el grupo francés LVMH como símbolo de su fuerte compromiso con su clientela, tanto nacional como extranjera.
Desde el 1 de diciembre, los
fieles incondicionales de la firma podrán vivir en primera persona una completa
experiencia de compra en un entorno de lujo sin precedentes, bajo una atmósfera
que proyecta la evolución de su know how
al mismo tiempo que refleja el nuevo diseño de sus espacios. La boutique ocupa la planta baja de una
regia finca señorial de estilo neoclásico que data de principios de los años 30’s
y ocupa todo el eje perimetral de su fachada a través de seis escaparates, dos de
ellos interactivos, desde donde compartir con el mundo su pasión por la
belleza. Más de 400 metros cuadrados en los que recorrer la historia de uno de
los legados, sinónimo de elegancia y excelencia creativa, más fascinantes de
todos los tiempos jamás igualado hasta el momento.
El recorrido da comienzo con un hermoso homenaje al diseñador de joyas francés Jean Schlumberger, el más vanagloriado dentro de los talleres de la firma y el favorito de celebridades y figuras de renombre internacional de la talla de Jacqueline Kennedy, las actrices Greta Garbo, Audrey Hepburn o Elizabeth Taylor, la Duquesa de Kent o iconos de la moda como Elsa Schiaparelli y Diana Vreeland. Las lunas y las estrellas tan características y recurrentes en muchos de sus diseños, inspiran la majestuosa lámpara que corona los más de cinco metros de altura del techo del hall de acceso a la entrada. Bernard Arnault, Presidente de LVMH quiso rendir tributo a su figura, transformando cada estrella en condecoraciones.
Tras un mostrador de mármol curvado, tallado en una sola pieza, se alberga una majestuosa puerta grabada con incrustaciones de pan de oro y Cristal de Murano, inspirados en los icónicos pendientes modelo “Flame” que diseñó Jean Schlumberger. En su interior conviven en armonía piezas de mobiliario italiano con otras de diseño español, flanqueados por seis jarrones multicoloristas de Cristal de Murano y dos lámparas de alabastro, talladas de una sola pieza. Dos paneles de espejos facetados en corte veneciano, se encargan de hacer el resto, ayudando a guiar la mirada hacía una espectacular lámpara realizada a partir de la reconstrucción en papel de más de 200 hileras de magnolias cortadas a mano.
A la derecha las parejas podrán perpetuar su amor, eligiendo cualquiera de las alianzas que conforman la extensa colección de anillos de boda o de pedida, mientras que a la izquierda se encuentra El gran salón de Exposiciones, un espacio con claros guiños al modernismo catalán y a la célebre obra de Antonio Gaudí, enmarcado por cinco columnas de inspiración dórica que emulan a las de la Plaza Hipóstila del Parc Güell, un fresco frontal efímero que representa a La Sagrada Familia en su totalidad y un techo recubierto íntegramente con pan de plata, imitando la técnica del trencadís. Sin lugar a dudas un lugar donde poder permitirnos el gran lujo de deleitar nuestros cinco sentidos, soñando despiertos.