Con motivo de la celebración de mi cuadragésimo aniversario, la emblemática Joyería Tiffany & Co. quiso darme una sorpresa, organizándome un exclusivo encuentro en su flagship store de Barcelona. Un espacio de más de 400 metros cuadrados en el que majestuosamente se exhiben a la venta, las piezas más reconocidas e icónicas de la firma. Una hermosa velada que transcurrió entre flores, piedras preciosas y champagne, en la mejor de las compañías, enmarcado dentro de un escenario de excepcional singularidad, el hermoso jardín vertical que preside el reservado del establecimiento. Una sala de ensueño, custodiada por dos grandes puertas realizadas en maderas nobles, pan de oro y cristal en homenaje y reconocimiento al legado artístico del gran Jean Schlumberger, uno de los más vanagloriados diseñadores de la historia de este legendario imperio joyero, el favorito de celebridades de renombre internacional de la talla de Elizabeth Taylor o Jackie Kennedy y curiosamente también cáncer como yo.
Al abrirse las puertas dio comienzo la magia. La cascada de magnolias blancas que descendía desde el techo, dejando entrever una frondosa luz cenital, infería a la escena, una atmósfera bucólica con la que trasladar a los allí presentes a un jardín de ensueño, rodeados de lámparas talladas en una sola pieza de alabastro, espejos biselados de corte veneciano y un sinfín de jarrones de Cristal de Murano que como si de flores se tratasen, emergían de todas partes, aportando un cálido toque de color. Sobre una de las mesas todo estaba dispuesto para recibirme a mi llegada. Un hermoso ramo de flores acompañado de una emotiva tarjeta manuscrita, un completo buffet compuesto por mis dulces preferidos y una botella de Ruinart Blanc de Blancs con la que brindar por las bellas y hermosas personas que el destino pone en nuestro camino para ayudarnos a recorrerlo juntos.
Desde aquí quiero transmitir mi más sincero agradecimiento a todo el equipo y en especial a mi queridísima Mónica Català por haberlo hecho posible. Muchas gracias por todo. Una vez más me habéis hecho sentir como en casa.