El pasado mes de noviembre el reconocido chef francés, poseedor de una Estrella Michelin, Romain Fornell, inauguró oficialmente "Le Grand Café Rouge" un nuevo espacio gastronómico en formato brasserie, perteneciente al grupo Goût Rouge donde poder disfrutar de una completa selección de recetas típicas de la cocina francesa situado en un emplazamiento de excepción, la planta baja de uno de los condominios más exclusivos de nuestro país, la Torre Antares. Un edificio proyectado por la célebre arquitecta francesa Odile Decq. Una simbiosis de lujo elevado al cuadrado donde dos señas de identidad propias van de la mano al unísono hacía una misma dirección, la excelencia.
La atmósfera directamente traslada al comensal a la Barcelona de principios de los ochenta que enamoró a la artista durante su primera visita a la ciudad, epicentro de la revolución artística en nuestro país. Su espectro cromático cabalga sobre tres colores clave, cargados de significado y todos ellos, sinónimos de elegancia: el blanco, el negro y el rojo. Como si de un lienzo se tratase, la perspectiva del visitante se asemeja más a la que se tiene al contemplar una obra de arte del estilo de Alexander Calder o Wasilly Kandisky que a la de un simple restaurante al uso. Unas vistas inigualables se encargan de hacer el resto junto a una luz natural que inunda todo de vida.
Su oferta, por un lado sugiere una extraordinaria fórmula de menú de medio día, adaptado a los gustos del comensal internacional y por otro, seduce con una variada carta de sugerencias del día, elaboradas a partir de productos de temporada. Desde un simple tentempié hasta un aperitivo con ostras, cualquier excusa es válida a la hora de disfrutar de nuestra visita en cualquiera de sus cuatro ambientes. En cuanto a maridaje se refiere, la bodega cuenta con casi cien referencias con las que acompañar, siempre fielmente asesorados por el sommelier de la sala, cualquiera de los platos, elegidas una por una junto a su mano derecha el también chef Frank Radiu, quienes muchos seguramente recordaran tras su paso por Top Chef.
La elección de cualquiera de sus platos resulta siempre un a cierto seguro. Todo está delicioso. Es lo que sucede cuando se cocina con pasión. La ilusión con la que se impregna cada cada receta antes de ser servida, regresa a modo de admiración y agradecimiento. Como sugerencia para ir abriendo el apetito nada mejor que con las Ostras de Daniel Sorlut, puro sabor a mar en cada bocado. El pâte en croûte junto con el roastbeef frío con salsa tártara son también dos entrantes clave con los que dar el pistoletazo de salida antes de pedir una la bullabesa, uno de sus platos clave. El broche de oro lo pone una selección de postres artesanos de los que sobresale con creces un surtido de profiteroles de vainilla con chocolate y almendras tostadas.
Desde Monsieur Privé queremos felicitar a Romain Fornell y a Frank Radiu por esta atrevida y necesaria propuesta y darle las gracias a todo su equipo por hacernos sentir como en casa.