Monsieur Privé en la inauguración de “The Cube”. Music: Response by Smith & Lyall for Sónar 2024

El pasado miércoles 22 de mayo, la emblemática Casa Batlló, una de las obras más celebres y reconocidas internacionalmente del arquitecto modernista Antonio Gaudí se tiñó de rojo para dar la bienvenida a los más de 200 invitados que asistieron al preestreno de The Cube “Music: Response”, la última apuesta de Sónar 2024 en colaboración con la institución cultural que preside Casa Batlló y que el próximo 24 de mayo abrirá sus puertas al público para brindarles la oportunidad de sumergirse dentro del imaginario visual de los conciertos de The Chemical Brothers a manos de una experiencia visceral y sinestésica creada por Smith & Lyall, los artistas visuales que durante más de tres décadas han acompañado al dúo británico por sus giras alrededor del mundo.

Hasta el próximo 31 de julio, los fervientes seguidores de Tom Rowlands y Ed Simons podrán disfrutar de una original e innovadora instalación inmersiva en formato audiovisual, única en el mundo, que aúna en un mismo espacio música electrónica y arte digital con una excepcional panorámica de alta resolución en 360º a través de la construcción de una narrativa compuesta de audio de alta gama y píxeles creados por ingenieros de renombre internacional que recurren al uso de personajes icónicos y recursos visuales abstractos, adaptados a la totalidad de la superficie cuyo resultado, permite al espectador transportarse al interior de las canciones, mientras sienten el poder transformador y liberador de la música.  

¡Que nadie os lo cuente! Atreveros a dar el gran paso de vivir una experiencia única y sin precedentes de 13 minutos de duración, en un entorno de excepcional singularidad, cualquier día de lunes a domingo a partir de las 21:00 horas por el módico precio de 15 euros. 

(Imágenes cortesía de Sónar)

Monsieur Privé en el Restaurante Puerto Madero de Barcelona.

A lo largo de la última década la oferta gastronómica catalana ha experimentado un notable crecimiento que ha ayudado a posicionar y a convertir Barcelona en un referente internacional con identidad propia.

La exigencia del comensal local y el turismo de calidad han contribuido al desarrollo de un genuino estilo culinario que a día de hoy se expande progresivamente por toda la Ciudad Condal.

El Ensanche es sin duda uno de los distritos donde mejor se refleja la evolución y el desarrollo de este fenómeno. Su carácter plural y abierto ha convertido la obra proyectada por Ildefons Cerdà en una zona única en cuanto a diversidad gastronómica se refiere.

En respuesta a esta rica y próspera expansión nace el Restaurante Puerto Madero, un espacio de reciente apertura que gracias a su excelente saber hacer en muy poco tiempo se convertido en un punto de encuentro obligado para aquellos a los que les apasiona la carne. 

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De la mano de la cineasta Silvia Durán, propietaria del restaurante junto con su socio, Pedro Martínez, nos adentramos en un mundo donde el tiempo se detiene.

Tras recorrer las dependencias que estructuran el restaurante (Un amplio salón, un reservado vip para ocasiones especiales y una coqueta terraza) la vista se acostumbra al elegante juego cromático que produce el contraste del binomio atemporal del blanco y el negro.

Su luz cálida y focal crea una atmósfera confortable y acogedora presidida por originales pinturas de temática portuaria, cuyos lienzos se funden con los muros del local trasladando parte de la fantasía a la realidad, invitando al comensal a protagonizar su propia historia.

Su decoración de estilo minimalista evoca sutilmente al modernismo catalán. Su disposición parte de un mismo punto de fuga donde de forma jerárquica la línea recta dibuja plano sobre plano cada uno de los elementos dispuestos.

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El cuidado de hasta el más mínimo detalle refuerza en todo momento la filosofía de su cocina complementando la extrema calidad de su selección de carnes (la Kobe - Wagyu, originaria de Japón, el entrecote Angus de Nebraska y haciendo honor a la patría, el solomillo y la suprema gallega).
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Pese a que el comensal dispone de un menú diario así como de una extensa carta, para la ocasión se elaboró un menú degustación donde fueron presentados algunos de los platos estrella de la casa.
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Haciendo un pequeño guiño a la gastronomía local uno de los entrantes fue esta original rebanada de pan con tomate acompañado de una vinagreta de verduras.

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Las empanadas de queso y cebolla recuerdan en su plástica a la sinuosa cubierta del tejado de la Casa Batlló de Antoni Gaudí. 

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Su chorizo criollo es ya todo un clásico de la carta. Su suave sabor y textura homogénea hacen que quien los pruebe repita.

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Su amplia y variada selección de carnes del mundo hacen de cada plato una experiencia sensorial única.

Destacar la suprema de ternera gallega asada al horno de leña. 

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El entrecote Angus de Nebraska destaca por su aroma y siempre es hecho al punto. 

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Los más golosos disponen de un variado surtido de postres típicos argentinos.

De izquierda a derecha, un coulant de chocolate con helado de vainilla y nata regados con sirope de chocolate, seguido de un panqueque argentino de dulce de leche y una ración de tiramisú con nata y sirope de fresa. 

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