Cada vez que nos alojamos en un hotel hay una persona que sin nosotros saberlo y en muchas ocasiones sin llegar a poder ponerle cara, da lo mejor de si para hacer de nuestra estancia un recuerdo único e inolvidable. Este papel lo desempeña la figura del conserje, alguien a quien en muchas ocasiones no sabemos agradecerle que en todo momento nos ayude a sentirnos como en casa.
Dado que el perfil de cada cliente es único e indefinido, un buen conserje debe saber adaptarse a los gustos personales de cada uno de ellos y dar lo mejor de si de forma objetiva con el fin de ofrecer un servicio impecable a la altura del renombre y prestigio de su hotel. Aplicando en muchas ocasiones principios básicos de los pilares de la psicología el conserje se convierte en el eslabón clave en la cadena existente entre el renombre del hotel y la felicidad del huésped.
De ello nos puede hablar largo y tendido Jordi Leno, delegado de la junta directiva de la Delegación de las Llaves de Oro Españolas en Catalunya y conserje del prestigioso y exclusivo Hotel Fairmont Rey Juan Carlos I de Barcelona. Su larga e intachable carrera le ayudado a formar parte de la élite que coordina a este gremio dentro de todo nuestro territorio nacional.
Klaus Heldt, conserje del lujoso Hotel Mandarín Oriental de Barcelona y community manager de la Delegación fue en esta ocasión uno de los homenajeados de la noche. Tras su exitoso paso por el Hotel Casa Fuster este premio actuó a modo de reconocimiento y catalizador para continuar con energía su carrera. Desde aquí queremos aprovechar para felicitarle.
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Al adentrarnos en el Gran Salón del Hotel Princesa Sofía una atmósfera cálida e intimista nos da la bienvenida invadiendo nuestros corazones. Más que de un acto institucional uno tiene la sensación de sentirse como en casa o en una reunión entre amigos. No hay palabras para describir el bienestar que produce el hecho de poder sentir que se forma parte de ello.
Teniendo en cuenta el carácter plural y abierto que los caracteriza no es de extrañar que todos se conozcan. Compañeros y amigos fuera y dentro de su parcela profesional, su relación va más allá involucrando a sus parejas, esposas y familiares más cercanos. Cosa que no es de extrañar ya que siempre detrás de un gran hombre se encuentra una gran mujer.
La cena, un delicioso ágape culinario compuesto de tres platos precedidos por un cóctel de ensueño, transcurre en paz y armonía con pinceladas cargadas de ternura y cariño. A ojos de terceros emociona la complicidad reinante entre ellos y el respeto profesional y humano que profesan los unos a los otros.
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Como broche de oro, nunca mejor dicho, una a una las llaves, recién salidas de los talleres de los maestros artesabis de la prestigiosa joyería suiza Bucherer, son puestas en las solapas de los galardonados.
Destacar uno de los instantes más emotivos de la noche cuando el padre de una de las galardonadas, también conserje, le colocó sobre las solapas del uniforme de su hija el codiciado galardón. ¿Qué puede haber más bello que un padre condecorando a una hija en por el mérito a una intachable e impoluta trayectoria profesional dentro del mismo ramo? De hecho ni ella misma lo sabía ya que sus padres le hicieron creer que estaban de viaje para darle in situ una mayor sorpresa.
Entre risas y aplausos esta edición dio a su fin y poco a poco los más de 500 invitados asistentes fueron uno a uno abandonando la sala y dirigiéndose a la Discoteca Shôko del distrito de la Barceloneta para continuar con la fiesta.
Dicho esto no tengo palabras para agradecer a la organización que una edición más me hayan permitido formar parte y permitirme durante unas horas el poder formar parte de su apasionado y entregado mundo.
(Imágenes cortesía de la Delegación Catalana de las Llaves de Oro. Agenda modelo Toile Monogram de Louis Vuitton y pluma modelo Starwalker de Montblanc)
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