La fría noche del pasado 30 de noviembre la Ciudad Condal se vistió de gala para ser testigo de uno de los acontecimientos más importantes de la temporada, la inauguración del nuevo flagship store de la prestigiosa joyería Tiffany & Co. en Barcelona. El imperio joyero más vanagloriado de todos los tiempos, finalmente se reubica en el céntrico y exclusivo Paseo de Gracia barcelonés para consolidar su posicionamiento en nuestro país. El acto, un exclusivo cóctel celebrado a puerta cerrada, contó con la activa participación de la nueva junta directiva y la asistencia de un selecto número de medios de comunicación. Una velada de lujo donde arte y diseño caminaron al unísono exaltando la más pura acepción de la belleza.
La primera parte transcurrió en los salones de la nueva boutique de la firma, un punto de venta con más de 400 metros cuadrados cuya decoración rememora el espíritu de los pilares creativos de su legado, al mismo tiempo que homenajea la obra póstuma del reconocido arquitecto modernista Antonio Gaudí. Copas de Ruinart en mano, los allí presentes brindamos por el próspero porvenir de esta nueva etapa mientras con una guía de lujo, Serena De Marte, la nueva Directora General de Tiffany & Co. para Europa del Sur, recorríamos los distintos ambientes que conforman el nuevo establecimiento. En su emotivo discurso, recalcó el firme compromiso que les vincula emocionalmente con nuestro país.
A lo largo del recorrido se impartieron distintos workshops donde se puso de manifiesto el compromiso con el talento emergente y la apuesta por el arte local. A manos de la joven ilustradora Sandra Suy los invitados pudieron llevarse a casa un fidedigno retrato realizado con la técnica de la acuarela.
El calígrafo Oriol Miró, establecido en la capital catalana desde 1995, fue el elegido para personalizar las emblemáticas blue boxes de quienes acostumbramos a ser clientes habituales. Hasta el 4 de diciembre todo aquel que efectuase alguna compra, tuvo la oportunidad de llevarse a casa una codiciada pieza de colección única.
La segunda parte se celebró en uno de los puntos más emblemáticos del
modernismo catalán, la Casa Vicens, la
primera construcción que dirigió Antonio
Gaudí tras finalizar sus estudios. Nada más llegar, un hermoso jardín
habitado por esculturas vivientes de trencadís,
daba uno a uno la bienvenida mientras se fundían bajo un manto de luz azul Tiffany’s. En el interior se representó
una recreación histórica en la poder experimentar la atmósfera de la época. El
célebre restaurador poseedor de una Estrella
Michelin, Nandú Jubany se
encargó de hacer el resto, sirviendo un completo menú degustación, ideado en
exclusiva para la ocasión.
Una noche única que jamás olvidaremos ninguno de los privilegiados que
tuvimos el inmenso honor de estar allí presentes. Desde Monsieur Privé queremos dar las gracias por la invitación y
tenernos presentes.