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Monsieur Privé en el Restaurante Caelis de Romain Fornell del Hotel Ohla Barcelona (1* Michelin)

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Tras asumir la dirección gastronómica del exclusivo Hotel Ohlà Barcelona y trasladarse desde el Hotel El Palace, el célebre chef Estrella Michelín, Romain Fornell reabre las puertas de su Restaurante Caelis ofreciendo una completa oferta con la que deleitar a sus fieles incondicionales y seducir a nuevos adeptos.

Manteniendo su esencia y principales señas de identidad, reorganiza los códigos de su filosofía creativa proyectando un nuevo universo de sensaciones donde tradición y vanguardia van de la mano, explorando el génesis de un legado vinculado a toda una vida dedicada a una pasión, la cocina. Acuñando la más pura y solemne acepción del lujo concibe un espacio de estilo contemporáneo, íntimo y elegante con capacidad para 38 comensales, divididos en dos ambientes, el de la sala (24 pax) y el de la barra (14 pax). Siendo el primero un punto de encuentro obligado para aquellos a quienes les apasiona la alta cocina y buscan al mismo tiempo la paz que ofrece un entorno armónico, discreto y selecto donde poder enmarcar escenas y episodios de sus vidas, celebrando reuniones con clientes, familiares o amigos o tan sólo reivindicar, desde lo más regio del hedonismo, lo bello que es vivir y el segundo un lugar, hasta ahora inaccesible en cualquier establecimiento de esta categoría, donde se hace participe al comensal de todo el proceso de elaboración y emplatado que hay detrás de cada receta antes de poder disfrutarla con los cinco sentidos. 
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Nada más llegar la encantadora Anna Ivanova nos recibe con una hermosa sonrisa y con un dulce timbre de voz nos conduce hacía nuestros asientos, preocupándose de que no nos faltase de nada en ningún momento y asegurándose de que todo fuese de nuestro agrado. Dado que en otras ocasiones ya habíamos vivido la experiencia que se vive en la sala, en esta ocasión teníamos reservados dos asientos de honor en la barra. Desde nuestra privilegiada situación pudimos ver las salidas de todos los servicios de la jornada y avistar, sin perder detalle, como el fantástico equipo que conforma la cocina, trabajaba con pasión y entusiasmo, preparando cada uno de los platos. 

La barra, de estructura sólida y estética neoclásica, fue construida en inmaculado mármol blanco de Carrara traído expresamente de los Alpes Apuanos  y sobre ella compiten en armonía y sin jerarquía alguna, el resto de menaje visible expuesto: una elegante cubertería perteneciente a la colección Mood de la joyería Christofle de París presentada sobre un original estuche de formato oval, unos racionalistas servilleteros, también de Christofle, unas lámparas modelo Hart Court diseñadas por Philippe Starck para la prestigiosa firma cristalera francesa Baccarat y manteles y servilletas de algodón con ribetes bordados en hilo de oro. Sin lugar a dudas un completísimo ejercicio de estilo donde se postula a favor de una definición de lujo contemporáneo sin excesos que huye de la ostentación y aquello que pueda resultar superfluo, acorde al ritmo de vida de nuestro tiempo.

A los pocos minutos, con ilusión, emoción y alegría, aparecía ante nosotros la maravillosa Carla Rodríguez dándonos la bienvenida y agradeciéndonos una vez más nuestra visita. Tras comentarnos las múltiples opciones de las que disponíamos para elegir, nos presenta al resto del nuevo equipo, dando así el pistoletazo de salida a nuestro extraordinario ágape culinario. Del amplio abanico de posibilidades elegimos el Menú Degustación Terra y Mar, Verano 2017, compuesto por amuses bouches, 3 entrantes, 2 platos principales y 3 postres
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Sin más preámbulo se retira cediendo el testigo al chef Javier González, jefe de cocina del Caelis. Tras las pertinentes presentaciones de rigor y ganarse en pocos segundos nuestra confianza, nos explica detalladamente en que consiste nuestra opción de menú y que ingredientes componen cada plato.

En cuestión de segundos entra en escena el sommelier Alejandro Icart presentándonos la selección de vinos que había elegido para maridar nuestro menú. Pese a su demostrado dominio y profesionalidad siempre antepone el criterio y los gustos personales de cada cliente a los suyos a la hora de llevar a cabo su selección final. Entre risas y confidencias nos cuenta que la bodega alberga más de 300 referencias y nos relata con todo tipo de detalles la historia que se esconde detrás de cada vino que nos sirve.
El primer aperitivo es presentado sobre una pulida lámina de madera de roble y una sección de culata de vidrio de una botella de champán. La aceituna verde con anchoa es concebida a modo de tapa para dos, acompañado de huevas de salmón para él y de huevas de salmón con esferificación de mostaza de Dijon para ella.

El protocolo marca que primero se coma la aceituna, de aspecto frágil pero intenso sabor, su eclosión entre la lengua y el paladar constituye una explosión  de intenso sabor en estado líquido de donde emerge el más puro sabor a mar. Las mini tartaletas ayudan a prolongar un conseguido efecto marino, trasladando al comensal a una de nuestras paradisíacas playas del Mediterráneo
La vichyssiuse de hinojo con botarga es servida sombre un cubo de hielo que ayuda a mantenerla a una temperatura óptima y constante mientras se toma.

La fina hoja de tinta de calamar constituye ya uno de los clásicos más aclamados de la carta. Su sofisticada presentación, sobre una estructura metálica de oro tornasolado, ayuda al comensal a concebirla como una escultura efímera con la que alimentar el espíritu.

El gofre de patata ligera con ventresca de atún y cristal de soja sorprende por el sinfín de matices que desprende desde el primer bocado, casando a la perfección la yuxtaposición de sabores de los ingredientes empleados.

El bocadillo de sardinas seduce por su elegancia, feminidad y efectismo encubierto. Siendo horneado como si de merengue se tratase, la masa es deshidratada, hecho que provoca que se deshaga en nuestro paladar al ponerse en contacto con la saliva, haciéndolo desaparecer casi como por arte de magia y quedando tan sólo la rillete de sardina con nabos en nuestra boca.   
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El primer entrante, una ensalada de ostras Joël Dupuch, flores, granizado de mar y vapor de citronela, cautiva y sorprende a partes iguales por la magnificencia de su puesta en escena y el efectismo de la misma. Servida cubierta de una fina campana de cristal a la que le envuelve una intensa nebulosa de aromas, da paso a un universo de matices subacuáticos  cuando su humo se disipa por completo a modo de antesala de un inusitado juego de texturas.
La bullabesa de pescado de roca con rouille al azafrán rescata de las profundidades marinas el intenso sabor del pescado más característico de la zona donde habita y contrasta de forma homogénea con la suavidad de las salsas y la patata que la acompaña.

Para limpiar el paladar del sabor del pescado antes de dar paso a la selección de carnes, nos ofrecen un refrescante sorbete de célery y lima.
El mini calabacín con su flor, almendra tierna y beurre blanc al caviar se resume como un poema visual de composición armónica donde con casi orden algorítmico se alternan ingredientes de tonos fríos y cálidos.

El pan artesanal con juego de mantequillas destaca por la esponjosidad de su miga y su melosidad en formato brioche. Javier González nos recomienza comenzar por la mantequilla de romero, seguida de la de tomate y terminando con la de oliva.
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De las carnes destacamos la espectacularidad que acompaña a la presentación y emplatado del tartar de buey cortado al cuchillo con helado de mostaza de Dijón. A -197ºC se sumerge la mostaza presentada en textura cremosa y se esferifica hasta conseguir un formato granulado sólido helado que una vez escurrido se añade al plato consiguiendo un choque térmico entre los ingredientes, produciendo vapor helado.
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El pichón de Araíz como un civet y piel crujiente sorprende muy positivamente por la melosidad de su carne y por la historia que hay detrás de su guarnición de guisantes tiernos de Vic traídos expresamente del huerto privado del hijo de Santi Santamaría. Esta variedad de guisante tan sólo florece dos semanas al año y ello lo convierte en un codiciado ingrediente de temporada al alcance de tan sólo unos pocos.
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El postre ayuda a que afloren los más puros, nobles y bellos sentimientos de nuestra niñez, ya por muchos olvidados con el paso del tiempo, llevándonos a un estado de permuta con nuestro alma.

La cereza de cristal y almendra tierna es elaborada de forma totalmente artesanal por Eddie Arteaga y su equipo de magníficos reposteros mediante la técnica de la lámpara caliente. Tras alcanzar la temperatura óptima, el caramelo alcanza un estado en el que su manipulación se torna mucho más cómoda y fácil y permite ser moldeada al gusto. Belleza efímera en el más literal de los sentidos ya que debe destruirse con una cuchara de Christofle para dar paso al universo de sabores y sensaciones que alberga latente en su interior. La crema de almendra tierna se compenetra muy bien con el trío de texturas de cereza que le acompañan: reducido, compota y cereza natural sin hueso. Un estudiado caos donde cada color, textura y sabor sabe a la perfección que función tiene en esta partida sensorial. Ante tanta belleza uno no puede evitar dejar constancia de ellos haciéndose un selfie con el plato.

Los petit fours servidos durante el café abruman por su sutileza y precisión, nadie se imagina la de horas de trabajo que hay detrás de cada uno de ellos. Bombones que recrean paisajes o mini helados de concentrado de frutas componen este hermoso ramillete con el que poner el broche de oro a esta sensacional experiencia.

Desde Monsieur Privé queremos dar las gracias a Romain Fornell y a todo su maravilloso equipo por el magnifico e impecable trato recibido y por habernos permitido una vez poder formar parte de su onírico mundo.
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Monsieur Privé en la inauguración de la Terraza Ohla Terrassa Chill-Out del Hotel Ohla Barcelona

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El pasado lunes el Hotel Ohla Barcelona celebró un exclusivo cóctel con motivo de la inauguración y presentación en sociedad de su renovada terraza chill-out. Una de las cuatro nuevas opciones que conforman la actual oferta gourmet del hotel, supervisada bajo la atenta mirada de su nuevo director gastronómico, el célebre restaurador poseedor de una Estrella Michelin, Romain Fornell

Poniendo al skyline de la ciudad como telón de fondo, se dieron cita hasta un total de 150 invitados, pertenecientes a la élite social de Barcelona, presidida por la figura de  Benet Ferrer, CEO del Grupo Aqua Hotels y anfitrión de la noche. Durante el transcurso de la velada pudieron verse rostros conocidos del ámbito de la alta restauración de la talla de los laureados chefs, Montse Estruch del Restaurante El Cingle, Óscar Manresa del Restaurante Casa Leopoldo o Jon Giraldo del Restaurante Spoonik. A la cita tampoco dudaron en sumarse destacados empresarios de éxito de la talla de Pau Vilanova, de la directiva del Fútbol Club Barcelona Maria Vives de la comitiva de la Academia Catalana de Gastronomía. En cuanto a la excelente convocatoria de prensa pudieron verse figuras del periodismo gastronómico y social de la talla de Andrés Guerra de La Vanguardia, Fernando Imedio, Patricia Castán, (ambos) del Periódico de Catalunya o Josep Sucarrats, Director de la Revista Cuines entre otros.
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Citados a las 21 horas, coincidiendo con la puesta de sol, Romain Fornell dio la bienvenida a los asistentes, agradeciendo a los mismos su presencia y presentando una a una, las novedades a degustar. A lo largo de la noche los invitados fueron agasajados con un completo catering donde se sirvió un menú compuesto por tablas de quesos franceses, alitas de pollo tandori picantes, molletes de cordero con cebolla confitada, croquetas de jamón, gambas y pollo, arroz con huevo poché, jamón y queso, albóndigas con sepia o dados de salmón marinados sobre un lecho de aguacate en cuanto a salados y calientes se refiere y un espléndido carroussel de sensaciones en cuanto a los postres, un trío de ases compuesto por mini cheesecakes, mousse de chocolate con pan de oro y cremoso de cítricos con crema. 
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También pudieron degustarse , à volonté, las deliciosas otras de Joël Dupuch, el que es según la crítica y los expertos es el mejor ostricultor del mundo. Título corroborado con seis generaciones de ostricultores a sus espaldas, habiéndose dedicado en exclusiva, durante más de cien años a la cría de ostras. Como marca la tradición fueron regadas con limón y dando un toque de innovación, quien quiso pudo añadirle perlas de vinagre.
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Con la caída de la noche y el descenso de las temperaturas se creó una atmósfera mágica que invitaba a la reunión y al intercambio de risas y confidencias. 

Sin duda alguna, una velada única y de excepción donde los allí presentes nos sentimos en todo momento como en casa. Desde Monsieur Privé queremos agradecer una vez más el hecho de invitarnos y tenernos siempre presentes y felicitar a todo el equipo por la excelente labor llevada a cabo.
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Monsieur Privé en la presentación de la nueva dirección gastronómica del Hotel Ohla Barcelona

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Mirando con cariño hacía atrás al pasado aún recuerdo cuando el Hotel Ohla abrió por primera vez sus puertas en Barcelona, instalándose en uno los edificios más regios y señoriales de la ciudad. Fue uno de los acontecimientos más esperados de la temporada y el escenario donde los invitados asistentes pudimos disfrutar de una inolvidable velada de ensueño que jamás olvidaremos.

Años más tarde, regresamos al mismo enclave siendo nuevamente testigos de la espectacularidad de su reforma gourmet llevada a cabo por su nuevo director gastronómico, el célebre restaurador poseedor de una Estrella Michelin Romain Fornell

Confiando ciegamente en su experiencia, reconocimiento y prestigio internacional, el grupo Ohla Boutique Hotels ha decidido dar un nuevo giro a la oferta gastronómica de uno de sus dos hoteles estrella, creando nuevos espacios como el Vistro49 Wine Bar, La Plasshola y la Ohla Terrassa Chill-Out dando al mismo tiempo la bienvenida al restaurante Caelis que desde el pasado mes de marzo se instaló en el buque insignia de la cadena, fijando su vista en la figura de uno de los mejores chefs de la ciudad, como precursor y responsable de este nuevo proyecto que busca posicionar a este hotel como referente gastronómico de la zona.

Citados en el Vistro49 Wine Bar, Benet Ferrer, CEO de Grup Aqua Hotels, nos recibe dándonos la bienvenida brindando con un Cava Rosat "Pàl·lid" Reserva 2015 de Torelló y dos Pla de Bages "Petit Bernat" blanco y tinto de Oller del Mas maridados con una selección de los mejores quesos y embutidos. Tras una ovación unánime de felicitaciones y aplausos al unísono, nuestro periplo da comienzo subiendo la octava planta del inmueble, haciéndonos disfrutar de una de las mejores vistas de la ciudad, cosmopolitan en mano, redescubrimos los dos niveles del espacio antes de regresar a la planta baja y agasajarnos con un extraordinario ágape culinario en La Plassohla.
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Dando nuestro viaje a través de los sentidos comienzo sobre un hermoso carroussel de sensaciones a bordo de un romántico y poético tartar de atún presentado sobre un lecho crujiente, nos convertimos en los primeros en probar su nueva carta. De su presentación destaca la perfecta armonía imperante entre los sabores de los ingredientes empleados y el contraste cromático y visual producido por los mismos. 

A los amantes de las ostras decirles están de suerte, ya que podrán degustar unas originales ostras en tempura de Joël Dupuch, el mejor ostricultor del mundo.

De su selección de postres destacar el coulant de chocolate acompañado con helados artesanos de mango, chocolate y mandarina. Su cromatismo y plástica evocan a los inicios de la primera etapa del artista pop art Roy Lichtentein
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En respuesta a la ferviente demanda de cocina peruana, La Plassohla oferta un delicioso ceviche de langostinos con el que trasladar al comensal a la cima del Machu Pichu y complementar su rica oferta gastronómica.

Del cochinillo Hanoi resaltar la jugosidad de su carne y la suave, casi aterciopelada, textura de la crema que lo acompaña. 

El salmorejo con huevo y mojama se integra con maestría, casando a la perfección con el resto de propuestas sugeridas como por ejemplo con los mejillones a la brasa, cuyo sabor sorprende por el aderezo de la salsa con la que son regados.
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Los amantes de los clásicos atemporales podrán satisfacer su apetito disfrutando de las suculentas croquetas de jamón o  gamba.

Llegando a nuestro destino el broche de oro fue puesto por la reinterpretación del cheesecake que nos sugirió el maïtre antes de dar paso a la sobremesa.
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