Hay tradiciones como la Navidad
que aún a día de hoy perduran y sobreviven pese al paso del tiempo. Llegados a
este punto cualquier excusa es buena para reunirse y celebrar junto a nuestros
seres queridos unas fechas tan señaladas. Año tras año el número de quienes
apuestan por celebrarlo fuera de casa aumenta considerablemente. Estudios
recientes revelan que en la última década los hoteles experimentan un repentino
aumento en el número de las reservas de sus restaurantes durante esta época del
año. Comportamiento que no es de extrañar teniendo en cuenta la comodidad que para todos supone el hecho de tan sólo
tener que preocuparse de disfrutar en un entorno de lujo.
El exclusivo Hotel Le Meridien
Barcelona es uno de ellos. Conocido mundialmente por haber alojado en sus
lujosas suites a personalidades de la
talla de Madonna, Richard Gere o Michael Jackson, cuenta con el reconocimiento de multitud de particulares,
tanto locales como internacionales que cada año, seducidos por las elaboradas
propuestas del asesor gastronómico del Restaurante
CentOnze, el chef italiano Devis Vicci, apuestan por él y su
equipo. Hecho que no es de extrañar dada la cercanía y la proximidad con la que
interactúa entre plato y plato con sus comensales. Su creatividad no conoce
límites y su pasión por el Mediterráneo
le lleva a tripular con éxito un singular periplo de sensaciones.
Los próximos 24, 25, 26, 31 de
diciembre y 1 de enero, los
paladares más exigentes podrán deleitarse junto a los suyos, a través de un
amplio abanico de elaboradas propuestas, ideadas exclusivamente para la ocasión.
Un recorrido de norte a sur por mar y montaña con el que poner el broche de oro
al fin de una etapa y brindar por el inicio de otra. De su oferta destaca la
singularidad de cada plato. Dada la extensa variedad ideada, tan sólo destacaremos los
más originales de cada carta. Nuestro extraordinario ágape culinario da
comienzo con el Mini Jardín 111, un
surtido de verduras a la plancha sobre un lecho de falsa tierra de polvo de
setas con espuma de coliflor y yema de huevo en tempura.
La empanadilla de sepia con ajoverde
marinero, evoca la más pura esencia
del mar. Poniendo un pie en la orilla, el Tar-tar
de atún rojo con velo ibérico sorprende por su contraste “mar y montaña”,
característica típica de recetarios de cocinas como la catalana. Las crudités
de bogavante con mayonesa de avellanas, gel de naranja y espoja de alcaparras
es sin duda el más poético y hermoso de los platos. Concebido a modo de efímera
obra de arte, su equilibrio, armonía y composición resultan todo un deleite
para los cinco sentidos. El propio chef
nos recomienda dejar para el final la mayonesa de avellanas con el fin de
limpiar nuestro paladar para el siguiente plato y no enmascarar el resto de
sabores.
El Rape Wellington con salsa de vino
blanco, es sin duda un magistral
ejercicio de dominio con el que reconstruye los pilares de un plato típico a
través de los códigos de un lenguaje propio. Es inevitable no querer repetir,
su suave sabor se funde en la boca, bocado a bocado y su corteza rellena de
setas y regada en salsa, se encarga de hacer el resto a la hora de crear una
textura suave como la mantequilla. El
cochinillo asado con cremoso de calabaza, se cocina a baja temperatura
durante algo más de 24 horas. Su acompañamiento huye de toda convención y
apuesta por un nuevo abanico de sensaciones. Los postres nos trasladan a nuestra niñez
mediante el recuerdo de sabores atemporales como los pralinés, los frutos rojos, la avellana, la almendra o la vainilla.
Para más información: www.lemeridienbarcelona.cat