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Monsieur Privé en el 90 Aniversario del "Boadas Cocktail Bar" de Barcelona ( Carrer Tallers, 1 )

Hace más de cien años, un recién llegado de la Habana, Miguel Boadas, desembarcó en Barcelona con un sueño en su maleta, ofrecer a la ciudad algo nuevo, único y diferente con lo que poder hacer historia. Por aquel entonces la capital catalana comenzaba abrirse hueco en el sector del turismo internacional y cada vez recibía más visitantes extranjeros, procedentes de todo el mundo. Observó que en la vorágine de aquel despertar aún faltaba algo. Un lugar con personalidad, donde poder ser testigos de los últimos coletazos de la magia de aquel final de principios de siglo, previos a la guerra y a su vez, deleitarse con la mejor selección de cócteles de autor del momento. Por ese motivo, inspirado en la leyenda de los grandes bares de la época, tales como el Bar Hemingway del Hotel Ritz de París o El Floridita de la Habana, en 1933, decidió abrir El Boadas Cocktail Bar, el primer espacio en rendir tributo al legado de la mixología de toda la ciudad condal y el segundo de nuestro país.

El número 1 de la Calle Tallers (Considerado Patrimonio Artístico y Cultural desde 2015), esquina con Las Ramblas, fue el lugar elegido. Aún a día de hoy sigue siendo todo un referente en su género y un punto de encuentro obligado para los amantes de la mixología de autor. Lejos de todo artificio y sin más pretensiones que las de ofrecer un producto de calidad, El Boadas Cocktail Bar puede presumir de continuar siendo único en su especie. Prueba de ello es que 90 años después, aún sigue abierto, manteniendo intactas algunas referencias de la carta, sin modificar su receta original. Llegado el momento, su hija Maria Dolores y su yerno José Luís fueron los encargados de tomar el revelo, los mismos que años más tarde cederían la dirección a Jerónimo Vaquero, otra leyenda viva del sector. En la actualidad, Simone Caporale y Marc Álvarez, sus nuevos propietarios, dirigen con orgullo el lugar, manteniendo intacta toda su esencia.

(Imágenes cortesía de Boadas Cocktail Bar)

Monsieur Privé en la inauguración de la nueva "Coctelería P 41" del Hotel Arts de Barcelona

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El emblemático Hotel Arts de Barcelona es sin duda uno de los referentes clave del skyline de la ciudad. Símbolo del progreso y la modernidad de la misma, desde su construcción, aún a día de hoy constituye una de las máximas expresiones de lujo y buen gusto más reconocidas en todo el mundo bajo el paraguas del sello "made in Barcelona"

Siguiendo su carácter vanguardista y cosmopolita, reinventa su oferta gastronómica adaptándose a los gustos y modas imperantes del momento para ofrecer una completa oferta de lifestyle que sorprenda y satisfaga a todos sus visitantes. Como resultado de la observación y un magistral ejercicio de estilo nace P 41, un exclusivo cóctel bar en el que poder deleitar los cinco sentidos.
Situado en la primera planta del edificio, al traspasar el umbral de su puerta, su atmósfera traslada al visitante, atrapándolo a un universo que acuña la más pura, clásica e intemporal acepción del lujo, redefinida así misma bajo los filtros estéticos de nuestro tiempo. Una nueva forma de descubrir cada instante del mundo que nos rodea bajo un entorno de ensueño frente al mar mediterráneo, cuya filosofía rinde homenaje a todos y a cada uno de los países y ciudades por los que pasa el Paralelo 41, circunstancia que define su propio nombre e inspira su variada carta de cócteles.

El gesto de tomar un té o una infusión adquieren una nueva dimensión enmarcadas en un escenario como este. Quedar con alguien especial para tomar unas Ostras Amélie, maridadas con champán Ruinart se convierte en un escena digna de perpetuar en el recuerdo al desarrollarse en un espacio como este.

Huyendo de excesos y de todo aquello que pueda resultar banal o innecesario, su chef revisa fórmulas de recetas magistrales. cuyos ingredientes seducen a huéspedes de todas las nacionalidades. Clásicos como las gyozas vegetales o la tempura de langostino conviven en armonía y sin jerarquía alguna con mini burguers de ternera o patatas bravas, convirtiéndose de esta manera en un punto de encuentro gastronómico que aúna lo mejor de cada cultura.
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Poder disfrutar de un buen jamón con pan con tomate o unos deliciosos calamares fritos con salsa de soja deja de considerarse algo anclado al pasado cuando, como es el caso, sus ingredientes y materia prima son de calidad.

El broche de oro de una velada repleta de grandes momentos, fue puesto por un surtido de tostadas de pan con chocolate y esferificaciones de aceite de oliva a modo de homenaje a uno de los postres típicos catalanes, más aclamados de todos los tiempos. 
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City Bar and Restaurant Grand Hotel Central
Con la llegada de la Navidad nuestra vida social adquiere una nueva dimensión, absorbiéndonos casi por completo y ocupando gran parte de nuestro tiempo libre. Comidas, cenas, copas... cualquier excusa con un claro trasfondo gastronómico es buena y rápidamente admitida como válida dentro de cualquier grupo de Whats app a la hora de vernos en la obligación de socializar con nuestros seres queridos en estas fechas tan señaladas. 

Buscando algo diferente y con personalidad, lejos de los concurridos locales de moda, nos decantamos por el Grand Hotel Central de Barcelona, un cinco estrellas de atmósfera cosmopolita y cuya decoración te hace sentir en todo momento como en casa. De su amplia oferta gastronómica, dada la hora de nuestro encuentro, nos decantamos por el City Bar & Restaurant un lugar donde el tiempo a nuestro alrededor se detiene y que casualmente estrena carta de cócteles. 
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Pese a que el local está a rebosar de gente guapa y con estilo, por suerte, aún queda una mesa libre para cuatro personas. Sin pensarlo dos veces ni mostrar ningún titubeo, dejamos nuestros pesados abrigos en el guardarropía y nos disponemos a tomar asiento. Minutos después aparece su bartender, nada más ni nada menos que el mismísimo Manel Vehí, uno de los mixólogos más célebres y aclamados de la capital catalana, a tomarnos nota.

De su completa y renovada selección nos decantamos por "El Chapo" el "Good Vibes" y un clásico atemporal, el "Pisco Sour". Pese a que en un primer momento eso de "El Chapo" pueda evocar en nuestra mente que se trata de una bebida tosca o ruda por su nombre, lo cierto es que su combinación de mezcal con mango, chile jalapeño y lima, lo convierte en un agradable juego de texturas en el paladar, cuya evolución evoca a un claro contraste de sensaciones. Del "Good Vibes" nos enamora la delicadeza de sus ingredientes: ginebra, frambuesa, lima y esencia de rosas, más que los botánicos de la elaboración de un cóctel parece la receta para escribir un poema de amor. Tras una maravillosa velada repleta de risas y confidencias decidimos poner el punto y final a nuestra cita pidiendo un "Pisco Sour" a base de clara de huevo, pisco, limón y angostura con el brindar por el nuevo año. 
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Monsieur Privé en el Restaurante Nº 30 de Barcelona (Paseo Juan de Borbón, 30 )

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Los calurosos meses de verano son a menudo los elegidos por los emprendedores de éxito para abrir y ver arrancar sus nuevos negocios. La proliferación y el auge de los vinculados directamente con el sector de la restauración y la gastronomía, resultan la mayoría de veces una apuesta segura con la que complementar la oferta de las grandes ciudades y conquistar con acierto, los corazones de todo tipo de públicos, tanto local como extranjero.

Con la llegada de la tan ansiada temporada estival, las temperaturas aumentan e invitan a salir de casa, ayudándonos a expandir nuestra vida social más allá de cuatro paredes. La excusa para verse importa bien poco siempre y cuando haya detrás un claro trasfondo gastronómico que seduzca por igual a todas las partes implicadas. 

Paseando por el emblemático barrio de la Barceloneta junto a mi gran amiga y compañera Natalia Deyalsingh nos detenemos en la terraza de estilo tropical de un restaurante frente al mar cuyo nombre nos llama soberanamente la atención, Nº 30, justamente el mismo en el que se emplaza en el Paseo Juan de Borbón. El espacio invita a entrar a un onírico mundo de sensaciones y experiencias que destacan con creces muy positivamente sobre la oferta imperante de la zona.
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Con la frase "Yo nunca te he mentido, siempre te he contado cierta versión de la realidad" como telón de fondo, grabada en uno de los muros de la entrada, una encantadora camarera nos da la bienvenida mientras nos recibe y conduce hasta la primera planta del establecimiento. Paso a paso da comienzo un viaje rumbo a una nueva dimensión, hasta aquel momento descocida, cuya atmósfera nos atrapa, sin oponer resistencia, transportándonos a un viaje atrás en el tiempo hacía una época de esplendor y gloria cuya decoración, obra del célebre y reconocido interiorista Gonzalo Tagarro del Estudio de Arquitectura e Interiorismo Comta Group, nos hace perder aún más de vista la realidad de nuestra cotidianidad. 

Mientras decidimos qué tomar, analizando concienzudamente su completa carta, nos pedimos dos cócteles, ella un Sunner y yo un Cosmopolitan con los que admirar la estética del espacio en el que nos encontramos. A Natalia le encantan las sillas, todas ellas tapizadas con estampados diferentes, a mi la escultura del risueño rinoceronte con pajarita obra del artista Ornamante que preside la sala. Sintiéndonos los protagonistas de una obra de teatro sobre un escenario cuyo atrezzo cabalga entre lo industrial y la Ley Seca de los años 40's, aparece en escena Albert Bocalandria, artífice del proyecto y chef del restaurante, explicándonos a rasgos generales, para no aburrirnos según él, como surgió el proyecto. Cercano, próximo y cordial nos narra en primera persona sus vivencias, con los ojos vibrantes y un tono de voz emocionado que nos contagia a la hora de hacerle preguntas. Su carrera profesional dio comienzo en una de las mejores escuelas de hostelería y restauración de nuestro país, La Hoffmann. Tras licenciarse con nota decidió complementar su formación al lado de los grandes, Estrella Michelín todos ellos, como Jefe de Partida en templos gastronómicos de la talla del "Mas Pau" "El Lluçanés" o como pastelero de "Can Pipes"  alcanzando el éxito años más tarde en Londres dirigiendo la cocina de un conocido hotel de cinco estrellas de la capital. También nos cuenta que tras su regreso a Barcelona decidió estudiar márketing y dirección de empresas en ESIC con el fin de devolver a su barrio todo lo que había hecho por él, abriendo un restaurante que rememorase sus orígenes pesqueros.
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Al traernos los entrantes y ser llamado nuevamente a cocina, da comienzo nuestra experiencia. Su carta sorprende por la maestría con la remasteriza los clásicos de siempre empleando ingredientes de proximidad y Km0.

Nuestro pistoletazo de salida viene marcado por una ración de patatas bravas. En el Restaurante N 30 son cortadas en forma de gajo y se presentan acompañadas de dos salsas; picante y mayonesa sobre una regia madera y una original vajilla. 

A los pocos minutos nos sirven las gambas rebozadas en tempura acompañadas de dos salsas exóticas con las que percibimos ciertos guiños y reminiscencias con la cocina de otras culturas como la asiática y la sudamericana.  

Nuestro paladar explota de placer al probar las vieiras con lámina de bacon crujiente y queso parmesano servidas sobre una hoja de bambú. El contraste mar y montaña produce como resultado un original e inusual mix de sensaciones muy cercanas al umami, el quinto sabor. Teniendo la gran suerte de que nos fuesen servidas y emplatadas en directo sobre la mesa por el propio Albert Bocalandria. 
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Haciendo creer que bajamos a fumar, le devolvemos la visita y nos enseña el corazón y centro de operaciones del restaurante, su cocina, allí pudimos ver como con cariño, esmero y pasión se encontraba preparando nuestros mejillones con crema de coco, chile y lemongrass, una de las especialidades de la casa. No dejándonoslos probar hasta que no nos fueran servidos en la mesa, aguardamos expectantes casi como cuando eramos niños la noche previa a la llegada de sus Majestades de Oriente. Como también habíamos pedido carne nos subió una suave crema de mousse de yuzu para limpiar nuestro paladar del sabor del pescado para que este no interfiriese en la percepción del sabor de la carne. 
Si nuestra selección de pescado y marisco nos había encantado, la carne nos hizo levantar de nuestros asientos nada más ser servida, por su intenso aroma, sutil juego de texturas y elaborada presentación. 

Damos comienzo con una de las especialidades más aclamadas del público y con mejor crítica, las croquetas de rabo de toro, lejos de lo que podamos creer, se presenta en un formato superior al de las habituales y su delicioso sabor sacia desde el primer bocado.

El solomillo de ternera a la plancha con sal gorda y guarnición es acompañado por una ración de verduras a la plancha y una cuenco de caldo concentrado de carne. Bocado a bocado se deshace en la boca casi sin la necesidad de masticarlo.

La costilla de cordero en salsa con guarnición de patata al romero en salsa no deja indiferente a nadie, tanto por la exquisitez de su sabor como su estudiado punto de cocción acorde al acompañamiento de la salsa creando un juego de texturas muy agradable en el paladar. 

Los postres deberéis ir a probarlos pos vosotros mismos porque carecemos de palabras para describir el cúmulo de sensaciones que experimentó nuestro paladar al saborearlos. Sólo os diremos que si os gusta ser sorprendidos, muy gratamente, preguntéis qué postre casa mejor con vuestra elección de la carta.

Si sois de los que lamentablemente disponéis de poco tiempo para comer al medio día, decidiros por su menú ejecutivo. No os defraudará.

Desde Monsieur Privé queremos dar las gracias a todo el equipo por el excelente trato recibido y por habernos hecho sentir en todo momento como en nuestra propia casa arropados con su cariño y hospitalidad. 
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Monsieur Privé en la emblemática coctelería Merbeyé de Barcelona.

A medio camino de la cima de una de las montañas más emblemáticas de Barcelona, la del Tibidabo, se encuentra El Merbeyé, una coctelería que abrió sus puertas en 1977 y cuya magia aún a día de hoy embruja a todo aquel que sucumbe a su encanto. 

Pese a que lleva abierto más de tres décadas, su estilo clásico y parisino,  ha sabido adaptarse muy sutilmente a los cambios de cada época.
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La esencia de su espíritu, fiel e inmutable al paso del tiempo, refleja  las señas de identidad de un estilo propio que marcó un antes y un después dentro de la élite social barcelonesa. 

Yendo más allá de lo banal, sedujo a destacadas figuras del ámbito de la cultura, el arte, la música y el cine, convirtiéndose, casi sin querer, en uno de los escenarios más solicitados, recurrentes e ineludibles de la ciudad. 
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Bajo un ambiente cálido y acogedor, el misterio lo envuelve todo. Su luz tenue crea una atmósfera mágica y sus luces de neón, a modo de guías, delimitan la frontera entre lo racional y lo prohibido. 

Huyendo en todo momento de convencionalismos, este lugar supuso para muchos una válvula de escape donde refugiarse y huir del pesado lastre de la cotidianidad. 
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Su carácter plural y abierto lo ha convertido en un espacio polivalente, con encanto, tanto de día como de noche. 
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Su emplazamiento le otorga una de las vistas panorámicas más privilegiadas y envidiadas del Mediterráneo. Encarado al mar y resguardado por un manto de montaña, el microclima de la zona acompaña a perderse por los jardines de su terraza una soleada mañana de domingo.
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Su vermut es ya todo un clásico que año tras año gana adeptos. 

Sin duda alguna, la excusa perfecta para socializar y cultivar viejas y nuevas amistades, que con el paso de los años se bajan del asiento de atrás de nuestro Cadillac, para convertirse en los copilotos de nuestra vida.

Déjate seducir  por la magia del Merbeyé, no te arrepentirás.

Imágenes cortesía de Merbeyé.
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